Para entender un SMART CONTRACT, primero recordemos qué significa un contrato. Un contrato no es más que un acuerdo (verbal o escrito) entre dos o más partes, un entorno donde se define lo que se puede hacer, cómo se puede hacer y qué pasa si algo no se hace, y están sujetos a las leyes y jurisdicciones territoriales, y en algunos casos a la interpretación.
En cambio, un contrato inteligente es capaz de ejecutarse y hacerse cumplir por si mismo, de manera autónoma y automática, sin intermediarios ni mediadores. Evitan el desgaste de la interpretación al no ser verbal o escrito en el lenguaje que hablemos. Los Smart Contract se tratan de «scripts» (códigos informáticos) escritos con lenguajes de programación gracias a la tecnología blockchain. esto quiere decir que los términos del contrato son puras sentencias y comandos en el código que lo forma.
Imaginemos que por un lado tenemos a una empresa que vende congelados y por el otro, a una cadena de supermercados que los compra, y ambos están en diferentes países. Es la primera vez que van a hacer negocios juntos, por lo que acuden a un contrato inteligente que facilite la transacción y garantice que cada una de las partes cumpla con lo acordado. En este caso, el oráculo podría ser la empresa de transporte, que al ser entregada la mercancía lo registra en la blockchain, a través de un smart contract. Así, una vez que llegue a su destino, se emitirá automáticamente la orden de pago. Incluso si la temperatura del contenedor estuviese monitorizada con un dispositivo IoT (internet de las cosas), éste podría registrar si se ha roto la cadena de frio y el smart contract ejecutaría la cláusula de penalización correspondiente, previamente programada en el mismo.
Según publicaciones hechas por el Foro Económico Mundial, los emprendimientos se han convertido en los principales protagonistas a la hora de utilizar los contratos inteligentes como medio de innovación para los procesos contractuales de sus empresas. El principal argumento está en la facilidad que tiene este tipo de compañías para ahorrarse costos de papeleo. También agiliza los procesos internos y ayuda a que los tiempos de producción estén concentrados en otro tipo de requerimientos, como la búsqueda de capital o el posicionamiento de marca ante una audiencia en específico.
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Fuente: bit2me academy, Ámbito Jurídico, Defencarga.